domingo, 1 de febrero de 2015

Un beso para a eternidad

Si la música volviera a sonar, respirar profundamente es lo primero que haría, después tus dedos, uno a uno cogería para entrelazarlos entre los míos y nuestras manos al fin juntar. El ritmo de nuestros corazones se aceleraría y los segundos parecerían minutos y los minutos, horas. El tiempo se detendría para los dos y congelados nuestros cuerpos se abrazarían sin querer, pegados el uno junto al otro, tan cerca que el sentir de tu respiración mi bello erizaría, y el ardor de tu boca y el delirio de tu mirada en un beso tendría que acallar, fundidos nos hallaríamos entonces en ese hipotético instante y solo si la música volviera sonar.





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